El Vaticano ha comunicado a última hora de la tarde que el papa Francisco murió a causa de un ictus y una posterior “insuficiencia cardíaca irreversible”. Además, la Santa Sede ha hecho público el testamento, en el que el Pontífice había pedido ser enterrado de una forma sencilla. “El sepulcro debe estar en la tierra; sin decoración particular y con una única inscripción: Franciscus”, se puede leer en el documento oficial, que tiene fecha de junio de 2022. El Papa ha fallecido a las 7.35 de este lunes a los 88 años. El Vaticano ha informado de que su intención es trasladar el cuerpo el miércoles a San Pedro para el último saludo de los fieles. Muchos de ellos se han acercado ya a la plaza vaticana mientras líderes internacionales y políticos de todo el espectro ideológico muestran su conmoción por la muerte del Pontífice, del que destacan su compromiso con los inmigrantes y los más vulnerables y su condena de las guerras que asolan el mundo o los riesgos del cambio climático.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa, Melania, han confirmado este lunes que asistirán al funeral del papa Francisco. Horas después de escribir un mensaje de pésame en Truth Social, su red social, el mandatario estadounidense anunció: “Melania y yo iremos al funeral del papa Francisco en Roma. ¡Estamos deseando estar allí!”. El republicano firmó además una orden ejecutiva para que las banderas federales y estatales de Estados Unidos ondeen a media asta en honor al Papa.
Trump y Francisco mantuvieron algunos desencuentros por sus posturas sobre la inmigración, tanto en el primer mandato del republicano como en el actual. El Pontífice criticó los planes del Gobierno estadounidense de construir un muro en la frontera sur del país, o su idea de deportar inmigrantes de manera masiva. A pesar de las diferencias, Trump visitó a Francisco en la Santa Sede en mayo de 2017, y este mismo fin de semana, horas antes de su deceso, el Papa recibió en una breve visita al vicepresidente J. D. Vance.
La muerte de Francisco da lugar a un período de luto, tras el cual todos los cardenales menores de 80 años se reunirán para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica. La elección del nuevo papa suele tardar entre dos y tres semanas. El Papa permanecerá en velatorio durante varios días hasta el funeral.